La endodoncia es una especialidad de la odontología dedicada a la prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades o lesiones de la pulpa dental. La pulpa dental, a la que comúnmente llaman nervio, es un tejido blando existente dentro del diente que contiene los nervios y vasos sanguíneos.
El tratamiento del conducto radicular proporciona un método seguro y eficaz para salvar dientes que en otro caso se perderían.

Los síntomas pueden variar desde leves molestias momentáneas hasta el dolor prolongado e intenso con la exposición al calor o frío, y al masticar o morder.
En algunos casos la enfermedad de la pulpa no produce síntomas. El paciente debe saber que no necesariamente tiene que doler un diente para tener su pulpa afectada.

Se realiza bajo el efecto de anestésicos locales. Ya finalizada la endodoncia y pasado el efecto de la anestesia podría aparecer alguna molestia.
Este dolor varia en intensidad con respecto al diente tratado y con cada paciente. Habitualmente es un dolor moderado, que se incrementa con la masticación y se controla con su analgésico de uso habitual.
Esto no es porque duela el nervio, que ya no existe, sino porque los tejidos que rodean y sostienen al diente quedan inflamados después del tratamiento.
En ocasiones aparecen síntomas de dolor intenso y supuración. A pesar de todo ello, el pronóstico del tratamiento de endodoncia es favorable.

Cuando la pulpa dental se enferma o traumatiza y pierde la capacidad de repararse a sí misma, dará comienzo a un proceso de deterioro en el que las bacterias que se encuentran en la caries o en la saliva, penetran en la cámara pulpar y proceden a su destrucción.
En ausencia de tratamiento la infección se puede propagar hasta la punta de la raiz para formar un absceso, un granuloma e incluso un quiste.

La extracción es una mutilación irreversible, que puede producir con el tiempo una alteración no sólo en el resto de los dientes que pierden su equilibrio, sino en todo el sistema masticatorio.
Por otra parte, la conservación de un diente, da la posibilidad de reponer la corona fijándola a su propia raiz, sin tallar ni perjudicar los dientes vecinos.

En la mayoría de los tratamientos la endodoncia puede realizarse en una sola sesión, si bien en algunos casos pueden ser necesarios dos o más sesiones para completarlo, según la complejidad del caso.